Por: Gianni Uquillas Astudillo
Casi todos los días, de manera intuitiva, miles de personas que tienen alguna pregunta en su cabeza. ¿Cuál es la forma más fácil de encontrar la respuesta? ¡Googlear! Algunas personas confían tanto en Google que ni si quiera lo ponen en duda y aceptan las recomendaciones del motor de búsqueda. Empresas, ciudadanos, periodistas, ingenieros, doctores y gente de todo tipo de profesión y persona en general dependen directamente de la base de datos de Google ¿Pero… qué hay detrás de “Googlear”?
Google usa un método de búsqueda, de clasificación e identificación de páginas en Internet bastante facil en los papeles. Para ilustrar con un ejemplo sencillo el funcionamiento de Google, lo vamos a comparar con una biblioteca.
¿Google es una biblioteca?
Vamos a suponer que una persona llega a una biblioteca y otra a Google, ambas hacen una búsqueda (query), la búsqueda de Google la recibe directamente un web server que sería el equivalente al bibliotecario, éste, a su vez busca en un directorio (index server), muy parecido al buscador de una biblioteca, pero con millones de páginas. En esta lista están detalladas casi todas las páginas accesibles del mundo, o a su vez, todos los libros de la biblioteca. Este buscador se va nutriendo de “robots buscadores” (crawlers), cuya función es observar las páginas en Internet, descargando el contenido, analizarlo, clarificarlo y guardarlo. La biblioteca se va nutriendo de los escritores.
Cuando se encontró el resultado más acercado a nuestra búsqueda, Google analiza el lugar de almacenamiento de la información (doc servers), que es el lugar donde están almacenados copias de todas y cada una de las páginas de internet accesibles del mundo. El bibliotecario lee todos los títulos y nos entrega el correcto.
- Imagen cortesía: www.colordeu.es
Clasificación de páginas
La parte sorprendente de Google está en la forma de encontrar información de manera cruzada, por ejemplo, si estuviéramos buscando el mejor precio de un par de zapatos, Google simplemente compararía precios y nos daría la cifra más baja.
El problema se suscita cuando la búsqueda es abstracta, por ejemplo, si buscáramos “cuál es la mejor canción del mundo”. Obviamente Google no va a diferenciar géneros o melodías musicales, es una pregunta subjetiva, para algunos Mozart es lo mejor, para otros Madonna. Lo que hace Google en estos casos es revisar todas las páginas que hacen referencia a la frase “la mejor canción del mundo”, luego, compara los datos, cruza las palabras que puedan tener en común y revisa que los contenidos sean congruentes. Además, revisa tráfico de cada sitio. Todos esos datos son ingresados en el famoso “Algoritmo de Google” donde éste crea una cifra que define que página irá en qué lugar.
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